LOS TESTIMONIOS DE NUESTR@S VOLUNTARI@S

Después de un año de pandemia y de acabar mis estudios en enero de 2021, decidí embarcarme en lo que sería mi primera experiencia viviendo en el extranjero sin saber muy bien qué me depararía. El 20 de febrero aterricé en Finlandia con una maleta cargada de ropa de invierno y una cuarentena a la que hacer frente. Sin apenas hablar inglés y en plena pandemia, comencé mi proyecto en Helsinki trabajando con personas sin hogar que están atravesando situaciones de alcoholismo, abuso de sustancias o problemas de salud mental; y aunque quizá no parezca el escenario más idílico, encontré lo que sería mi hogar, y más tarde, mi familia durante 1 año. Si me preguntan qué esperaba cuando llegué o qué expectativas tenía antes de venir, es difícil hacer memoria después de 10 meses viviendo en lo que ahora considero mi hogar; pero si hay algo que destacar son las mil y una aventuras que viví con otros voluntarios internacionales que ahora considero mis amigos: cruzar al país haciendo autostop, hacer mil y una acampadas intentando ver las auroras boreales, disfrutar de la sauna al estilo finlandés o sobrevivir al invierno con -20ºC son desde luego muchos de los recuerdos que no habría vivido si me hubiera quedado en España.

Así que si estás leyendo mi experiencia, y aún estás dudando, sólo puedo animarte a que escojas un proyecto que te guste y encaje contigo y apuestes por él 🙂
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